El Postre

¿Pedir entrada y platos, o platos y postre? ¿Compartir un postre o pedir uno para cada uno?

Con Clau muchas veces nos pasa de analizar estas preguntas existenciales antes de pedir, pero a pesar de esto a veces no nos queda lugar para el postre y nos arrepentimos de habernos comido todo el pan.

Hoy en día el postre es casi infaltable en una carta, pero veamos un poco de donde viene esta costumbre:

Como ya mencionamos en otros posteos, en los festines de la antigua Roma se solían comer pequeños platos en distintos pasos. En ese entonces, se ofrecían porciones de frutas y pan con miel entre medio de los platos salados. Si bien no es el postre como lo conocemos, ya se ofrecían desde ese momento los platos dulces en las comidas.

El plato dulce más antiguo encontrado es de la Antigua Grecia y data del año 776 a.c. Al parecer a los atletas olímpicos de ese año les ofrecieron degustar una Tarta de Queso compuesta de miel, harina y queso.

Avanzando en la historia y hasta el siglo XVII los platos dulces se servían como transición entre los platos fuertes, luego ya por el siglo XIX los franceses inventan el concepto de Dessert o Postre como lo conocemos. Y en esa época se publica en Francia el libro “El Pastelero Real” que es considerada como la primer obra de repostería moderna.

Hay postres muy famosos, pero ¿saben de dónde vienen?

No podemos hablar de postres sin mencionar algunos clásicos argentinos:

Mas allá de que existan los postres clásicos, cada chef les agrega su impronta propia. Por eso siempre que salimos a comer tratamos de guardarnos un lugarcito para el postre.

Y ahora la pregunta controversial, el postre… ¿se comparte?

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