¿Alguna vez escucharon hablar sobre ella? Esta variedad de fruta es real y la podemos encontrar en Asia, más precisamente en Japón.
Hace más de 20 años, se discutía acerca de las granjas y la productividad. Una de las inquietudes más controversiales, fue buscar una manera de transportar las sandías de manera simple y que permitiera el traslado de grandes cantidades.
Fue el creativo agricultor japonés Tomoyoki Ono, quien ideó modificar la forma de las sandías. Esto permitía el traslado de gran cantidad de unidades, como la posibilidad de que los vendedores puedan ofrecerlas al doble del precio por su gran tamaño. Por su parte, los consumidores, tenían la posibilidad de poder guardarla y mantenerla de manera más cómoda en la heladera.
Pero ahora bien, ¿Cómo llegar a generar este tipo de forma? Seguramente muchos se lo están preguntando. El secreto está en la manera de cultivarlas. Es decir, los agricultores vierten la fruta dentro de un contenedor con forma cuadrada de aproximadamente 18 centímetros, elaborado con metal y cristal. Esperan entre 3 y 4 días para que crezcan y así logran obtener la forma perfecta cuadrada.
Es interesante saber que en Asia, la fruta es considerada un elemento cultural y social. Para los asiáticos el obsequiar o regalar un fruto representa un símbolo de respeto. En el caso de la sandía, es el regalo estrella junto con el melón.
Es así, que la pueden encontrar en las tiendas más selectivas. Es un privilegio al que solamente pueden acceder las personas con buena adquisición económica.
Grandes historias podemos encontrar detrás de cada cultura. Las costumbres, valores y formas de vivir no paran de captar nuestra atención y las ganas por seguir aprendiendo.