¿Gastronomía como motivación para viajar?
Hay quienes dicen que es imposible conocer un país, provincia, ciudad o pueblo de verdad sin probar sus platos típicos ¿ustedes qué piensan?
Primero, habría que pensar… ¿a qué se refiere “turismo gastronómico”?
El turismo gastronómico es una forma de turismo que está adquiriendo cada vez mayor importancia en el mundo, donde el interés está puesto principalmente en la gastronomía y cultura culinaria del lugar que se visita. El comer, ya no se percibe solo como una necesidad, sino como una experiencia lúdica y sumamente estimulante y placentera.
Más allá de que en el último tiempo haya adquirido mayor importancia, ya en el siglo XIII en Europa, se empezaron a realizar las primeras guías gastronómicas (realizadas por gastronómicos famosos).
Sin embargo… teniendo en cuenta que cuando viajamos todos consumimos la gastronomía que se produce en el lugar en que nos encontramos ¿somos todos “turistas gastronómicos? ¿ah, no? ¿y entonces, cómo diferenciamos a un “turista gastronómico” de alguien que no lo es?
Básicamente la diferencia estaría en aquello que nos motivó a realizar viaje y a elegir el destino.
Así podríamos diferenciar a dos tipos de turistas (acotando nuestra clasificación a esta temática):
- Aquellos cuyo motivo de viaje y elección de destino se relaciona directamente con la gastronomía. Podríamos decir que para estas personas la degustación de alimentos y toda experiencia vinculada a la gastronomía es la razón principal para viajar (festivales gastronómicos, restaurantes o lugares específicos).
- Aquellos cuyo motivo de viaje y elección de destino nada tiene que ver con la gastronomía, pero de todas formas la consumen porque alimentarse es una necesidad básica.
Podríamos decir entonces que cuando hablamos de “turistas gastronómicos” estamos hablando de personas que viajan para experimentar, degustar y probar nuevos sabores.
Son verdaderos amantes de la gastronomía, la motivación principal del viaje es el descubrimiento, el contacto con una gastronomía diferente, reconocen que la gastronomía tiene valor de patrimonio cultural. En general, no sólo se busca degustarla, sino también conocer, aprender, enriquecerse culturalmente. Suelen ser más exigentes que aquellos que viajan por otros motivos, ya que están informados acerca de aquello que van a consumir.
En el otro extremo se encontrarían quienes no sienten especial interés por conocer la gastronomía del lugar que visitan, o al menos la intención principal no es experimentar la misma. Lo que sucede en general es que estar en un lugar con una gastronomía diferente no altera su alimentación, y muchas veces prefieren consumir comida rápida o fast-food para satisfacer la necesidad de alimentación y con rapidez retomar las actividades que si los llevaron a realizar ese viaje (paseos, excursiones, visitas a museos, conferencias, etc.)
En Argentina, de norte a sur, tenemos una gastronomía súper amplia y variada. Cada lugar del país tiene una cocina tradicional que le es propia y define su cultura.
Podemos hablar del asado, las empanadas, el locro y los tamales (ni hablar del vino) y ustedes ya sabrían que estamos hablando del Norte Argentino. O también del curanto, la trucha y la centolla y no habría dudas que estamos hablando del Sur de nuestro país, y así podríamos seguir con cada uno de los lugares.
Las experiencias gastronómicas enriquecen los viajes, ya que producen recuerdos placenteros y duraderos. El turismo gastronómico nos permite, como turistas, conectar con la cultura local desde la experiencia, en primera persona.
Conocer la gastronomía, degustarla, aprender de ella, nos permite sumergirnos por un momento en sus sabores, sus aromas, su cultura, su historia, su tradición, su gente.