Los romanos no solo eran famosos por sus conquistas y construcciones arquitectónicas, sino también por sus frenéticos banquetes, interminables y abundantes.
Un mito popular es que el vomitorium era una sala especial a la que los más glotones iban a vomitar para continuar comiendo y seguir con la fiesta. Sin embargo, el científico sueco Karl Kruszelnicki afirma que no es exactamente para lo que se solía utilizar.
¿Qué era en verdad un vomitorium romano?
La palabra “vomitorium” en efecto, viene de la raíz latina “vomere” que significa vomitar, pero no se refiere al contenido del estómago.
Un vomitorium era un pasaje o abertura en un teatro, que llevaba hacia los asientos y a través del cual pasarían los miembros de la audiencia. Es decir, un corredor para los espectadores.
Estos pasajes eran lo suficientemente grandes como para evacuar rápidamente a la audiencia en el caso de un incendio u otra emergencia, o simplemente para hacer espacio para otro espectáculo.
Muy lejos de la interpretación que se le dio a la palabra, los que vomitaban allí no eran los romanos, sino el teatro .