¿Sabías que cuando comés coliflor, en realidad estás comiendo una flor?
La coliflor viene de la planta Brassica oleracea y es de la misma familia que el brócoli y el repollo. Está compuesta por una cabeza blanca, que es la parte que habitualmente consumimos, rodeada de gruesas hojas verdes que, si bien son comestibles, muchos las descartan.
Dicha cabeza es una masa de flores hipertrofiadas y carnosas. Su tamaño puede alcanzar los 30 cm de diámetro y puede llegar a pesar más de 2 kg.
Si la coliflor no se cosecha y se deja desarrollar, las flores terminan abriéndose y aparecen pequeños pétalos amarillos.
Se trata de un cultivo antiguo originario del Mediterráneo oriental, donde se utilizaba principalmente como planta medicinal para aliviar el dolor de cabeza. En el siglo XVIII se expandió a otros continentes y desde entonces se convirtió en un elemento fijo en nuestro recetario.
Su peculiar sabor divide al planeta entre quienes la adoran y quienes la aborrecen, pero es una verdura muy versátil. Puede prepararse al vapor, asada, frita, estofada, hervida o gratinada.
Y si no, se puede usar este racimo de flores para hacer algún regalo romántico.
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Beneficios
- Aporta muy pocas calorías pero contiene fibra y gran parte de las vitaminas y minerales que nuestro organismo necesita.
- Disminuye el riesgo de padecer enfermedades coronarias.
- Contiene Q10, una coenzima que ayuda a aliviar el dolor de cabeza.
- Aporta gran cantidad de glucosinolatos e isotiocianatos, dos antioxidantes que podrían ayudar a detener el crecimiento de células cancerígenas.
- Es una fuente de colina, que en presencia de vitamina C y calcio, ayuda a que el hígado expulse la grasa y evita que la acumule.
Variedades
Blanca: es la variedad más conocida. Tiene este color porque los agricultores unen sus hojas en la parte superior evitando que le dé el sol. Así se impide el desarrollo del color verde propio de la clorofila.
Verde: es una variedad de coliflor más aromática que la blanca. A diferencia de la anterior, el sol nutre la planta y le da un color verde.
Morada: contiene antocianina, un pigmento antioxidante que le aporta la tonalidad violeta. Sin embargo, cuando se cocina pierde este color y queda verde amarillento.