El poroto, alimento tradicional de la cocina americana desde tiempos precolombinos, además de su gran valor nutricional posee un valor histórico y cultural.
En Chile, el poroto y el guiso popular llegan a ser protagonistas del poema “Rotología del poroto” de Pablo de Rokha, quien ve en este alimento una metáfora de identidad nacional y revolución. Si bien desde antaño el consumo y la producción de poroto han disminuido, aún es un alimento que se encuentra muy presente en nuestras mesas. Hoy en día, además de aportar fibra y proteína a nuestros locros (y de paso sumar puntos en el truco), los porotos forman parte de la cocina moderna, siendo utilizados para hacer hamburguesas, ensaladas y hasta brownies.
Pero… ¿Qué es el poroto?
También conocido como frijol, judía, alubia o habichuela, es la semilla de una planta leguminosa nativa de América (Phaseolus vulgaris). Crece dentro de una vaina donde pierde su humedad hasta que queda la semilla seca, la cual debe ser rehidratada antes de la cocción. Por ello se lo denomina legumbre seca, al igual que a las lentejas, arvejas y garbanzos. Si se lo cosecha un poco antes de tiempo, se puede obtener la semilla fresca.
Existen muchas variedades distintas. En el noroeste argentino se producen las especies que dan lugar a los porotos adzuki, blanco, negro, colorado, cranberry, manteca, mung y pallar.
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Beneficios
- Ayudan al corazón: contienen fibra que ayuda a regular el colesterol en la sangre, previniendo así enfermedades cardiovasculares.
- Ayudan a prevenir la anemia: contienen hierro mineral, además de vitamina C, la cual ayuda a absorber de mejor manera el hierro en el organismo.
- Son antioxidantes: bloquean los radicales libres que dañan las células, por lo que previenen enfermedades degenerativas, el envejecimiento prematuro y algunos tipos de cáncer.
- Ayudan a reducir el consumo de alimentos de origen animal: al combinarlos con cereales o semillas, los porotos brindan proteínas y los aminoácidos esenciales que están presentes en la carne.
¡Variedades!
Porotos pallar: de color blanco y forma aplanada, estas legumbres son el ingrediente principal del locro argentino.
Porotos negros: son legumbres icónicas de la comida latinoamericana, de tamaño pequeño, color negro, forma ovalada y sabor dulce. Además de utilizarse en platos típicos como la feijoada brasilera, se pueden usar para hacer brownies veganos.
Porotos Cranbery: muy populares en Chile y Argentina, se caracterizan por ser de color claro con manchas rojas. Gracias a su sabor suave y textura cremosa, son ideales para preparar los tradicionales porotos granados.
Porotos colorados: de color rojo y con forma de riñón, este tipo de legumbre está muy presente en la gastronomía norteamericana y mexicana debido a su intenso sabor. Se utilizan en platos picantes, tacos y ensaladas, entre otros.
Abundantes, saludables y nutritivas, estas semillas son y serán el combustible que alimenta a millones de personas cada día.
Y vos, ¿Te anotás un poroto con locro o con brownies?