La cerveza es una de las bebidas más antiguas de la humanidad. Es difícil atribuir su creación a una cultura o tiempo particular, pero se cree que vino de la mano de la agricultura hace unos 12.000 años.
Poco después de que la gente dejara de andar por ahí persiguiendo cabras de lugar en lugar, se asentaran y se dieran cuenta que podían cultivar granos y convertirlos en comida se produjo un bello accidente.
Al mojar el pan en agua, la levadura fermenta la mezcla convirtiéndola en una bebida alcohólica (de graduación mucho menor a las de hoy en día).
Lo valioso de esta bebida, además de la agradable sensación que generaba a quienes la tomaban, es que era sumamente nutritiva. Más aún, era una fuente de agua más segura que los ríos y canales.
Por eso se cree que la cerveza ayudó a formar las bases de nuestra civilización, los asentamientos se forjaban alrededor de los cultivos. Se acabaron los días de perseguir cabras. Las tribus se quedaban en el lugar mientras comían pan y tomaban cerveza.
Si, al igual que nuestros compañeros neolíticos, quieren brindar en agradecimiento a la cerveza no se olviden de beber con moderación.